Reflexiones sobre Pedagogía y Educación

Esta entrada se me ha ocurrido tras un debate interesante con varias amigas. Estamos debatiendo sobre las diferentes pedagogías (Montessori, Waldorf, escuelas libres…), sobre su evolución hacia la actualidad, y cómo, a veces, la mejor educación puede venir del mejor profesor, esté en el medio que esté, entendiendo por medio colegio público, privado, el propio hogar.

La educación pública, tan importante como necesaria, está sufriendo mucho en estos tiempos. 

Pero precisamente en tiempos de crisis, lo que debería estar surgiendo es una Revolución Educativa. Un volver al inicio, parar, pensar y darse cuenta, tanto los maestros, como los padres, como los de arriba (esos que deciden sobre educación pero no saben nada), que no es sólo importante disponer en las aulas de Ordenadores, tablets o libros. Sino más bien, todo lo contrario. Este artículo sobre Silicon Valley lo explica. Los hijos de los empleados de Apple y Microsfot, llevan a sus hijos a colegios donde no hay un solo ordenador.  Y cómo hay estilos pedagógicos que prescinden de los libros, no porque no sean importantes, sino porque son los propios niños los que hacen sus libros. 

En cuanto la educación pasase a ser valorada como lo que es, es decir, el mayor bien que podemos legar a nuestros hijos el día de mañana, y a nuestra sociedad, el mundo empezaría a cambiar. Hay que pararse a pensar en los valores que queremos transmitir a nuestros hijos, en el mundo que les estamos dejando como legado. Sólo cuando te paras, y piensas, ves que hay muchas cosas que se podrían hacer mejor, y no se están haciendo. Y no es sólo por falta de medios, es porque no le damos ningún valor a la educación. Muchas familias se dan cuenta de ello, y optan por diversas fórmulas. El movimiento Homeschooller es uno de ellos, también el buscar y rebuscar en diferentes escuelas, colegios, con métodos diferentes. Pero para nada novedosos, hablo de pedagogías que en algunos casos cuentan con décadas a sus espaldas. Pero curiosamente, cuando preguntas a recién licenciados en Psicopedagogía de nuestro país, ni siquiera las han oído nombrar (algo similar pasa en la Facultad de Psicología con las nuevas escuelas).

El debate también surge porque algunas pedagogías están siendo mal aplicadas, convertidas en algo que se separa mucho, muchísimo de su esencia. Bien sea porque aplican métodos Conductistas, como el famoso "tiempo fuera" o "silla de pensar", o porque aplican el método con cierta rigidez, que se ha perdido toda su esencia.



Ante este panorama, os copio aquí abajo un pequeño artículo que me ha gustado mucho, y que creo que podría aplicarse a la educación en general, sea donde sea:










"De la educación a la autoeducación

Jamás cesa el hombre de aprender, ni agota su capacidad de aprendizaje. Y sin embargo, ¿despierta la escuela, despiertan los educadores y educadoras este entusiasmo por aprender que debe acompañar al hombre durante toda su vida? 

La educación es uncontinuo desafío. El aprendizaje no termina con la preparación de unos exámenes finales. Solamente quien ha aprendido a amar el aprendizaje podrá dirigir por sí mismo su autoeducación.Existe una amplia corriente de opinión que considera que la escuela ha cumplido su objetivo cuando el alumno ha superado su examen final. 
En la escuela Waldorf los alumnos concluyen con éxito su período escolar cuando han alcanzado la capacidad de aprender en el futuro de una forma autónoma y la facultad de poder educarse así mismos. 

Cada uno de los alumnos debe de hacer suya una capacidad: aprender de la vida.En la escuela Waldorf enseñan maestros y maestras que están dispuestos a dejarse educar por los niños. Están preparados para autoeducarse permanentemente. Están dispuestos a aprender de la vida. Los niños aventajan a sus profesores en una cuestión fundamental: llevan en sí la semilla de un futuro, en el cual aquellos maestros y maestras habrán concluido sus vidas largo tiempo atrás. Esa apertura de los maestros y maestras para dejarse formar por la vida trasciende a los niños. 

Ellos mismos se convertirán en seres humanos que permanecerán abiertos a lo nuevo, a lo desconocido. 
Saben que el futuro deparará mucha sorpresas que sólo serán accesibles a aquél que conozca de la versatilidad del mundo y pueda adoptar una actitud abierta al aprendizaje.
Los maestros de la Escuela Waldorf conocen, a partir de su propia experiencia, que es mucho más difícil autoeducarse que educar a los demás. La autoeducación es una tarea permanente para ellos. Sólo quien conoce esta verdad puede aportar a los demás el modo de conseguirlo. Solamente quien somete su propio comportamiento agresivo puede impulsar a otros a hacer lo mismo, sólo quien ha vencido su ansia de poder, puede convertirse en un ejemplo de capacidad de dominio de si mismo. El joven sólo acepta el conocimiento de quien vive con autenticidad.

Los maestros y maestras se enfrentan, a través de su profesión, al desafío de juzgarse a sí mismos y a los niños desde un ámbito externo. A través de los niños se pueden descubrir las imperfecciones que el profesor, en interés del niño, quiere superar en si mismo. Puede aprender a descubrir la impertinencia de los alumnos como una prueba de afecto.“ Solamente se merece una libertad como la vida aquél que tiene que conquistarla cada día” nos dice Goethe. 

Un principio fundamental para cada maestro Waldorf. La vida no espera de nosotros ninguna fórmula magistral, esta no puede ser superada a través de fórmulas preestablecidas, sino que exige fantasía y un sentido común sano y práctico.

Es por eso que la Escuela Waldorf es una escuela en la que debe aprenderse a aprender y en la que puede aprenderse que el ser humano tiene capacidad para convertirse en Hombre a lo largo de toda su vida".

Lorenzo Ravagli / Nana Göbel




Diana Sánchez 
www.dianasanchezsanchez.com
11 de Febrero de 2014

0 comentarios:

Post a Comment

Post a Comment

 
Diseño © BlogDesign.es